Cuando estamos en plena búsqueda consciente de embarazo y éste empieza a demorarse más de lo que habíamos contado, empezamos a indagar sobre posibles complementos o terapias que, de manera natural, puedan favorecer el proceso.
La fertilidad es algo complejo que se nutre de aspectos físicos, mentales y emocionales. Por lo tanto, si bien una terapia natural no será la solución directa a nuestro problema (aunque a veces puede que sí), sin duda hará que el proceso de buscar el bebé sea mucho más llevadero y, de paso, muy probablemente nos ayude a resolver alguna parte de esos aspectos que quizá cojea.
Las terapias naturales no pretenden (o no deberían) ser alternativas a un tratamiento de reproducción asistida, sino complementarias.
Muchas mujeres recurren a ellas en estados ya avanzados de su búsqueda o cuando ya han hecho varias fecundaciones in vitro. Y lo ideal es abordar estos aspectos naturales y que dependen de nosotras ANTES de recurrir a la medicina tradicional, para contar con un buen trabajo interno hecho.
El objetivo último es tener un hijo, pero el camino hasta llegar ahí debería ser lo más amable, motivante y relajado posible. Y para que eso suceda, hay que tomar acción lo antes posible e incluir en nuestra rutina los hábitos y/o herramientas que nos lo van a facilitar.
Estas herramientas tienen que ir a tu favor. Utilízalas sólo si te ayudan y te sientes cómoda con ellas.
Acupuntura
Como seguramente sabrás, esta técnica basada en la medicina tradicional china consiste en introducir agujas en ciertos puntos de todo el cuerpo. El objetivo es estimular el sistema nervioso y reducir el estrés y la ansiedad. Se utiliza antes y/o después de una transferencia de embriones (en un tratamiento FIV), ya que se dice que se puede mejorar el flujo sanguíneo hacia los órganos reproductores y facilitar la implantación del embrión.
Así que si estás en tratamiento y no te da reparo el tema de las agujas, es una técnica que ha demostrado buenos resultados en muchos casos.
Reiki
Es un sistema de canalización de energía a través de las manos que busca la sanación y el bienestar integral de la persona. Desde el punto de vista de la fertilidad, se dice que puede ayudar a sanar el sistema hormonal, restaurar las funciones naturales y liberar emociones.
Es una terapia totalmente natural que no tiene efectos secundarios y una opción para complementar tu búsqueda de embarazo.
Meditación
El ser humano es un pack indivisible de cuerpo-mente-emociones. En occidente le damos mucha importancia al aspecto físico pero descuidamos bastante el mental. Y si este último no está en armonía, repercutirá negativamente en el físico. Es una rueda que se retroalimenta.
La meditación es la mejor herramienta y la más barata para cuidar de nuestra salud mental. No va a aumentar tu fertilidad el hecho de sentarte a meditar, pero has de saber que es la puerta para conocerte mejor, entender tu mente, ganar claridad y tener un estado más sereno. Y esto va favorecer tu vida y, en particular, tu búsqueda de embarazo.
Nada que perder y mucho que ganar. Eso sí, necesitas esfuerzo y disciplina. ¿Estás dispuesta?
Yoga para la fertilidad
Es una disciplina que cuida el cuerpo, la mente y el espíritu a través de la práctica de posturas corporales, la respiración y la meditación. El yoga para la fertilidad basa el trabajo en equilibrar el sistema endocrino, soltar bloqueos físicos, relajar y fortalecer la zona pélvica para disponer el cuerpo a un futuro embarazo. Es una práctica focalizada en preparar el cuerpo y la mente durante la búsqueda de embarazo con beneficios a todos los niveles.
Requiere de un mínimo de compromiso contigo misma para practicar varios días a la semana con la intención de trabajar tu cuerpo para crear un entorno físico y mental óptimo para recibir el embarazo.
Para mí éstas son las más relevantes, aunque hay muchas más, como complementos herbales, masajes, flores de Bach, etc.
Sean las que sean, es fundamental es que formen parte de un estilo de vida saludable y apunten a reducir el estrés y aumentar el bienestar.
Lo importante es que sientas que estás haciendo todo lo que está en tu mano siempre que te sientas a gusto con ello. Prueba lo que te llame la atención pero no hagas nada con lo que no te sientas cómoda.
Apunta en la dirección adecuada.
Sé constante.
Ten paciencia.
Mantén una actitud positiva y pro-activa.
Hazlo satisfactorio.
…Y la recompensa será inevitable.